Álbum de canciones (9/16): A través de la tierra alizarina/Rumba veraniega.

Caminar entre los techos de acero.
Vagones y vagones surcan enredos
hilvanándose como unos berros
de cerro en cerro deja humo el ferrocarril
y el olor a betún anclará pronto en París

Canciones de colores que
hace tiempo atrás en aquel día
me dijeron un bello revuelo.
Los planes no siempre funcionan,
pues primero van los deseos.

Mientras estoy pensando en el recreo
de lo que hoy será un esfuerzo sincero,
y no puedo atarme a un alfiler
que va sobre la marcha el tren.

Escarpadas montañas de raspado azul,
tan cerca de ellas el frío en el pecho hace tun-tun
unos gallos cantan de colores endulzados
para que el frío, parezca del frío mismo, momificado.
Una canción que alcanza su cima
no debe prestarse a la codicia
de ser mera ensoñación, de ser etérea.
¿ Y cómo combatir esa nostalgia?
sólo viviendo sanaremos esas heridas.

Un amor puede provocar
una balada que es un río gracioso
por eso es posible un triunfo precioso
sobre el dolor que forma espiral,
espiral que no vive pero no mata,
solo viviendo así, con vena abierta
solo viviendo se contrarresta la muerte.

¡Son los hielos de colores invisibles!
El tren los rompe, truenan, como misiles.
¡Cohete rompe los zafiros!
Lluvia de piedras y estallidos.

Bellos momentos de ayer,
resaca presente en la piel,
resaca que  sana y vuelve a florecer
en un placer que tu has hecho renacer.
.
Conforme aprendo la delicada musicalidad
de este verano, trance pero no apaciguar,
la sensación de corazón se me alimenta más.
Tomemos el tren,
se feliz,
el néctar del verano
no se va.